A raíz de los cambios climáticos que se están viviendo y los problemas que generan en el medio ambiente, comenzó a surgir una marea verde que parece llegar (al fin) como una tendencia: la preocupación y concientización social sobre problemáticas ambientales. De la mano de esto, muchos viajeros están cambiando su forma de viajar, eligiendo destinos sustentables y adaptando sus costumbres al cuidado del medio ambiente.
Según un estudio realizado por Booking.com, el 72% de la comunidad viajera cree que es necesario actuar ahora y elegir opciones de viaje sustentables para resguardar la Tierra para las futuras generaciones.
Por otro lado, la intención de hospedarse en un alojamiento sustentable ha crecido año a año: pasó de un 62% en el 2016 a un 65% en el 2017, un 68% en el 2018 y un 72% en el 2019. Sin embargo, a pesar de la motivación de los viajeros, todavía existen desafíos a la hora de viajar de forma más eco-friendly: el 37% no sabe cómo hacer que su viaje sea más ecológico, y el 36% sostiene que no tiene el presupuesto para afrontar el gasto de viajar de forma sustentable.
Como la naturaleza es un valor importante a la hora de elegir un destino, también debería serlo en su cuidado. El 83% de los argentinos elige Latinoamérica por su diversidad natural (playas, montañas, cataratas, etc.). Además, el 66% considera que la historia, la gente y la cultura son un factor que hacen único nuestro continente, como también la familiaridad y proximidad cultural (37%).
Hace seis años desde la ONU se reconoció al ecoturismo como un recurso clave para poder ser sustentable y cuidar el medio ambiente. A partir de esto, el organismo internacional pidió a los estados miembros poder aplicar políticas para promoverlo y en la Argentina comenzó avanzar y hoy en día, ya hay muchísimos destinos disponibles que sean sustentables en el territorio.
En el Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora el 5 de junio, 5 destinos eco-friendly. Estos son:
Costa Rica
Una de las principales referencias cuando se trata de la preservación del medio ambiente y el primero en crear su propio sello de calidad para empresas turísticas: el CST (Certificación para la Sostenibilidad Turística).
Más del 25% de su territorio está dedicado a parques y reservas nacionales y tierras protegidas. Muchas de sus políticas públicas y privadas están al cuidado de la biodiversidad que habita su territorio.
El ecoturismo en Costa Rica es un caso de éxito debido al trabajo en conjunto de empresas privadas, ONG internacionales y nacionales, organizaciones gubernamentales y a la interacción entre la amplia red de áreas protegidas.
De acuerdo a Turismocity, los parques nacionales Manuel Antonio y el Bosque Nuboso Monteverde son considerados modelos para el ecoturismo y el desarrollo sostenible por ofrecer un hábitat crítico a las diversas especies vegetales y animales.
Respecto a los alojamientos, el Gobierno ha impulsado la creación de alojamientos sostenibles y amigables con el medio ambiente, otorgándoles el CST a aquellos que hagan un buen uso de los recursos naturales sin dañar el medio ambiente.
Islas Galápagos, Ecuador
Es uno de los mayores impulsores del ecoturismo, especialmente desde el Parque Nacional Galápagos, el cual se ha gestionado cambios en el turismo de Galápagos. Por su situación geográfica, es determinante para conformar un medio biodiverso para su flora y fauna, al recibir distintas corrientes oceánicas. También tiene mucha valoración internacional que ayuda a su conservación, siendo considerado Patrimonio Natural de la Humanidad.
Su encanto está principalmente en la posibilidad de interactuar con las variadas especies de animales terrestres y marinos, mediante sus las principales actividades: snorkel, buceo y excursiones destinadas a la observación de animales.
Sus políticas de preservación prohíben fumar, pescar, alimentar animales y practicar deportes náuticos. Para ingresar, en el aeropuerto se inspecciona estrictamente el equipaje prohibiendo el ingreso de alimentos o plantas que puedan contaminar el lugar.
Además, según Turismocity algunas áreas tienen restricción del número de visitantes permitidos para evitar su deterioro y exigen el pago de tarifas de entrada a visitantes para financiar la conservación del parque. En algunas otras demandan licencias a operadores turísticos y barcos de pesca para ayudar a la policía de la Reserva Marina a vigilar el cuidado del agua.
Fernando de Noroña, Brasil
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este archipiélago situado a 215 millas de la costa de Brasil, famoso por sus increíbles paisajes, playas paradisíacas y vida silvestre es, además, un destino ideal para los viajeros ecológicos.
En su isla principal, las playas tienen un límite de visitantes diarios de 400 personas, que permite su preservación ambiental y la protección de su vida marina. Para cuidar de esto, además, se les cobra un Impuesto de Preservación Ambiental de alrededor de $70 usd por semana (que aumenta cuanto mayor sea la estadía) a cada persona que visita la isla, así como también una tarifa para acceder al Parque Marino.
Según Turismocity hay 5 senderos protegidos en el área de la Reserva Marina Nacional, que solo se pueden explorar con un guía acreditado, y otros 3 senderos dentro del Área de Preservación del Medio Ambiente, que tienen acceso gratuito.
Los Esteros del Iberá, Argentina
En la provincia de Corrientes forman el segundo humedal más grande del mundo, cuenta con una extensión de 1,3 millones de km2, con una gran variedad de flora y fauna: más de 4000 especies acuáticas y terrestres, es decir, equivale al 30% de la biodiversidad total del país.
En este hermoso lugar natural de acuerdo a Despegar se pueden hacer paseos en canoas, realizar caminatas, cabalgatas, entre otras.
El Parque Nacional Lago Puelo y Los Alerces, Argentina
Se encuentran al pie de la Cordillera de los Andes, integran un complejo sistema lacustre de ríos y arroyos rodeados por bosques de coihues, cipreses y lengas, así como de añosos alerces que llegan a alcanzar los 3.000 años de vida.
En materia de fauna, el parque cobija al huemul, el pudú, la paloma araucana y el gato huiña, todas especies amenazadas. A su vez, en la zona se asientan comunidades originarias como los mapuches que en muchos casos subsisten gracias al ecoturismo.