La fundación fue creada en 2002 por el argentino Mario Raimondi y el holandés Jorn Wemmenhove, dos jóvenes creativos y entusiastas con una visión innovadora y global sobre cómo generar cambios significativos en la vida de las personas y en el desarrollo de las ciudades.
Desde su nacimiento desarrollan diferentes iniciativas para que chicos y adolescentes puedan acceder a herramientas que le permitan potenciar sus habilidades, utilizando la educación no formal, el deporte y el arte como medios de expresión y facilitadores para la creación de agentes de cambio que hagan del entorno un lugar más seguro.
Entre ellas se pueden enumerar un programa de nutrición y cocina para aprender sobre el origen y las propiedades de los alimentos llevado a cabo con la colaboración de chefs de la ciudad; laboratorios de tecnología, coding y creatividad; talleres musicales, entrenamientos de fútbol masculino y hockey femenino de alto nivel y mentorías, entre otras opciones.
“Desde El Desafío creemos que hay que invertir en la juventud y generar acciones perdurables para que estas puedan ocasionar y sostener el cambio, haciéndole frente a la pobreza. Es por eso que todo nuestro accionar está basado en metodologías de trabajo replicables y no en acciones puntuales. De esta manera el conocimiento es fácil de compartir y de aplicar en cualquier ciudad u organización”, explica Mario Raimondi, cofundador y Director Ejecutivo de la ONG, quien manifiesta su interés por transmitir su forma de trabajo a otras organizaciones del país, como así también a empresas y al Estado.
“Escuela de Vida es un espacio donde los participantes (chicos de entre 15 y 25 años) podrán adquirir habilidades blandas según su interés particular, en un marco de educación no formal personalizado, colaborativo y sin evaluaciones estandarizadas. Los chicos son los protagonistas de su propio aprendizaje por lo que serán ellos los que luego contagiarán un cambio positivo a su alrededor. De esta manera vamos haciendo de nuestra sociedad un lugar más integrado y participativo, recordando que todos somos parte, de alguna manera, del problema o de la solución. Es por esto que debemos trabajar no solo con las personas excluidas, sino con toda la comunidad”, agrega Raimondi.
El programa está compuesto por una serie de workshops que apuntan a mejorar las habilidades de comunicación y relacionamiento, y por cada persona que se anota para participar, se habilita un cupo para alguien que no tiene el dinero para hacerlo.
Para los meses de agosto y septiembre ya se encuentran abiertas las inscripciones para talleres sobre el manejo de la incertidumbre, la toma de decisiones y la motivación. El detalle de cada curso está disponible en http://www.eldesafio.org/escue
Los resultados alcanzados por la ONG en el último año avalan el impacto positivo de su forma de trabajar. Los mismos son obtenidos a través de un software y de un sistema de monitoreo y medición, desarrollados ambos por el mismo equipo de El Desafío.
- 14 programas activos para chicos de entre 7 y 18 años
- 52% de los participantes de entre 15 y 18 años no hacen otras actividades que no sean ir a la escuela y participar de El Desafío.
- 60% de los participantes hoy pueden enfrentar sus problemas (al comenzar el programa solo podía hacerlo un 38%)
- 71% de los jóvenes puede entablar una negociación para resolver un problema, evitando enfrentamientos físicos y reduciendo la violencia.
- 24% de los chicos de entre 15 y 18 años probó marihuana pero el 100% de ellos dejó de consumirla al sumarse a El Desafío, abandonando también la criminalidad.
- 20% de los participantes de los programas de oficios consiguieron un trabajo estable.
Para obtener estos logros, El Desafío destina al menos el 80% de sus fondos – provenientes de sponsors, inversores sociales y donantes únicos y venta de merchandising – al desarrollo de sus programas. Hoy cuenta con un staff de 52 personas, compuesto por 15 colaboradores fijos y 37 voluntarios.
Acerca de El Desafío
El Desafío es una organización sin fines de lucro – con bases en Holanda y Argentina – que trabaja en la ciudad de Rosario. Fue fundada en 2002 por el deportista Mario Raimondi – ganador del premio Abanderados de la Argentina Solidaria en 2013 – y Jorn Wemmenhove, un idealista holandés. Su trabajo se enfoca en dos áreas: el desarrollo de jóvenes en situación de vulnerabilidad -brindándoles herramientas para que desarrollen y potencien sus habilidades y se conviertan en agentes de cambio-, y la promoción de la participación ciudadana de toda la sociedad.