Resulta también importante destacar que, luego de la recuperación económica en 2021, tras la pandemia mundial Covid-19, ha aumentado la demanda de materias primas y ha puesto presión sobre las cadenas de suministro, creando escasez y cuellos de botella en varios sectores, desde materiales de construcción básicos hasta chips de semiconductores utilizados en electrónica y vehículos. En consecuencia, la escasez provocó un incremento en los precios, encareciendo los costos de los proyectos en la construcción y electrodomésticos que resultan críticos para mejorar la eficiencia energética.
En nuestro país, la matriz energética (entendida como la manera de representar cuantitativamente la totalidad de energía que se utiliza), está mayormente
conformada por fuentes no renovables. La estructura porcentual de esta matriz es en grandes rasgos la siguiente:
- 59% gas natural,
- 27.9% derivados del petróleo,
- 8.9% energías renovables,
- 2.3% energía nuclear,
- 1.9% carbón mineral y otros primarios.
Dentro del reducido espectro de energías renovables, se incluyen la energía solar, eólica, hidráulica, aceites vegetales, alcoholes vegetales, bagazo, leña y carbón vegetal. Por otra parte, la participación de los distintos sectores en el consumo final de energía es muy variada, siendo los principales usuarios el sector de transporte, seguido por el residencial e industrial:
- 31% transporte,
- 25.18% sector residencial,
- 23.44% sector industrial,
- 6.43% sector comercial y público,
- 6.43% sector agropecuario,
- 6% sector no energético.
Por otra parte, la eficiencia energética se enfoca en el uso de energía independientemente de la fuente que provenga. Las estrategias y tecnologías de eficiencia energética se aplican tanto en la demanda para usos finales como en las etapas de transformación de energía primaria en energía secundaria. De esta manera, se logra aumentar la participación de las energías renovables en la matriz energética, reduciendo los costos totales del sistema. Esta transición hacia modelos bajos en emisiones de carbono tiene como objetivo crear un sector energético sostenible que estimule la innovación y el empleo, realizando una gestión más eficiente de la energía, desde su fuente hasta su utilización, intentando reducir los impactos ambientales asociados.
Acorde a los datos de la actualización anual sobre los desarrollos a nivel global en eficiencia energética de “Energy Efficiency 2021” de la International Energy Agency (IEA), una mayor inversión en eficiencia energética puede crear casi 2 millones de puestos de trabajo para el año 2030. A su vez, en el escenario de Cero Emisiones Netas al año 2050 del mismo reporte, las oportunidades de empleo son casi tres veces mayores, con 6 millones de puestos de trabajo adicionales. Muchos de estos puestos estarán abocados a los sectores de CONSTRUCCION Y FABRICACIÓN , los cuales requerirán de una expansión en inversión de mano de obra calificada. De esta manera, se espera que los gobiernos locales brinden las herramientas necesarias para la adaptación y el perfeccionamiento en los nuevos oficios.
“En el sector energético van a ser clave los esfuerzos de recapacitación laboral, debido a nuevas tecnologías verdes ingresando la economía y a actividades ambientalmente no sostenibles que se verán paulatinamente más redimensionadas (p. ej. uso de petróleo y actividades mineras), así como se espera una creciente demanda laboral debido a la expansión de actividades renovables con altos multiplicadores de empleos (por ejemplo bioenergías)”.
En el marco del Proyecto de Empleos Verdes Globales, financiado por la Unión Europea y ejecutado por la RAMCC como responsable y la Cámara de Comercio Italiana de Rosario, In Situ y Wageningen University & Research como socios implementadores, las categorías de Eficiencia Energética y Energías renovables están representadas por iniciativas de comercialización e instalación de sistemas para aprovechamiento de energía solar, uso eficiente de la energía de consumo doméstico y productivo, construcción sostenible, consultoría en eficiencia energética, calefacción eficiente, entre otros.
Sobre RAMCC
Somos una coalición de más de 250 municipios y comunas de Argentina que, junto a una secretaría ejecutiva, coordina e impulsa planes estratégicos para hacer frente al cambio climático. Nuestro compromiso con la acción climática está enmarcado en los objetivos del Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía (GCoM por su siglas en inglés).
El GCoM aborda tres aspectos de la acción climática: la mitigación del cambio climático, la adaptación a los efectos adversos y el acceso universal a energía segura, limpia y asequible.
El Cambio Climático es el principal desafío que enfrenta la humanidad. Este fenómeno es causado en gran parte por el aumento continuo de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera desde la Revolución Industrial, los cuales provienen en su mayoría de actividades realizadas por el ser humano.
Los efectos del Cambio Climático ya son evidentes a raíz del aumento global de la temperatura media terrestre, lo que genera impactos de todo tipo en los distintos ecosistemas del mundo. Todo esto pone en riesgo la supervivencia de numerosas especies, con graves efectos para la biodiversidad y para el desarrollo de la economía global y local. Por lo tanto, de acuerdo al IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), es necesario actuar de inmediato para limitar el incremento promedio de la temperatura global a menos de 2°C.
Para atender esta problemática, se conformó la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), durante las Primeras Jornadas Internacionales Municipios y Cambio Climático, realizadas en la ciudad de Monte Caseros, en noviembre del 2010. La RAMCC se convirtió en un instrumento de coordinación e impulso de políticas públicas locales que enfrentan al cambio climático de las ciudades y pueblos de la Argentina.