Cuando la COVID-19 llegó el año pasado, provocó inmediatamente el cierre de escuelas y oficinas, vació el transporte público y, en algunos casos, restringió a los residentes a un estrecho perímetro alrededor de sus casas.
Pero con el adagio «nunca desperdicies una buena crisis» en mente, fueron precisamente estas restricciones las que han proporcionado a los planificadores urbanos una oportunidad de oro para repensar cómo podemos reorganizar nuestras ciudades de una manera más ecológica y sostenible.
El concepto de la «ciudad de 15 minutos», que estipula que todas nuestras necesidades básicas deben satisfacerse a menos de 15 minutos a pie o en bicicleta desde nuestro hogar.
De hecho, es posible que alcance nuevas cotas de popularidad gracias al apoyo entusiasta de la alcaldesa de París y recién estrenada candidata a la presidencia, Anne Hidalgo, que hizo de la «ciudad de 15 minutos» el centro de su exitosa campaña de reelección a la alcaldía el año pasado.
¿Qué es una «ciudad de 15 minutos»?
«La ciudad de 15 minutos es una ciudad en la que la cercanía de los servicios facilita la vida y sirve a los ciudadanos», explica el profesor Carlos Moreno a Euronews Next.
«Lo que queremos es que en una ciudad no haya que desplazarse mucho -no más de 15 minutos- desde el lugar donde se vive, ya sea para ir a trabajar, para hacer la compra, para acceder a la sanidad, para disfrutar de la cultura o para relajarse».
En lugar de ciudades con distritos diferenciados para vivir, socializar y trabajar, el concepto de Moreno concibe el centro urbano como un tapiz de barrios donde coexisten las tres funciones.
Según Moreno, el drástico cambio hacia el trabajo a distancia ha demostrado que la «ciudad de 15 minutos» no sólo es factible, sino que podría ser decisiva para regenerar los barrios urbanos.
«No hablo de trabajar a distancia desde tu casa, con el ordenador en el regazo, gatos, perros, niños, etc… sino de descentralizar el trabajo», dijo Moreno.
«Hay muchos trabajos que se pueden hacer a distancia. Desplazarse una hora para estar detrás de un ordenador en la oficina no tiene mucho sentido si se puede estar detrás de un ordenador cerca de casa. Estar cerca de casa significa que podemos crear nuevos espacios».
Un edificio, múltiples usos
La creación de nuevos espacios es otro elemento clave de la «ciudad de 15 minutos».
Según el profesor Moreno, para ofrecer el máximo de servicios y actividades a nivel local, debemos reimaginar cómo podemos utilizar mejor las infraestructuras existentes.
«En una ciudad como París, un edificio está en uso el 30% o el 40% del tiempo. Eso significa que durante el 60% o el 70% del día, el edificio está vacío más tiempo del que está en uso», dijo.
«Pero aun así está en muy buenas condiciones. Así que queremos aprovechar mucho más un edificio para que pueda albergar actividades distintas de aquellas para las que fue concebido originalmente».
En el concepto de Moreno, los edificios en desuso podrían convertirse en espacios de co-working o trabajo colectivo. Los colegios podrían abrirse los fines de semana para actividades culturales. Un pabellón deportivo de día podría convertirse en una discoteca de noche. Las cafeterías podrían acoger clases de idiomas por las tardes y los edificios públicos podrían acoger conciertos los fines de semana.
¿La «ciudad de 15 minutos» agravará las desigualdades urbanas?
Aunque el concepto de «ciudad de 15 minutos» es cada vez más popular en todo el mundo, no todo el mundo está de acuerdo con la idea de los barrios hiperlocales y accesibles.
Los críticos sugieren que podría conducir a un tipo de tribalismo y exacerbar las disparidades urbanas existentes entre los distritos.
Frente a esto, Moreno señala que en ciudades como París, la desigualdad entre los que viven en la periferia y las comunidades más ricas que pueblan el centro urbano es ya un hecho.
El hecho de que las oficinas, las actividades sociales y los espacios culturales estén muy centralizados en torno a un núcleo urbano favorece en gran medida a las comunidades más ricas que pueden permitirse los elevados alquileres del centro de la ciudad, argumenta.
«Hoy las ciudades son muy desiguales. Hoy las ciudades están muy fragmentadas, muy segregadas», explicó Moreno.
«Empujamos a un montón de gente hacia los suburbios, donde los precios de la vivienda son más bajos. Y les dijimos ‘coge el tren, puedes tardar una hora en ir al trabajo y puedes dar gracias por tener un trabajo porque el mundo es de los que madrugan'».
«No podemos seguir construyendo cada vez más lejos y construir tres o cuatro nuevas estaciones de tren y decirle a la gente ‘tienes la posibilidad de venir’.
«Con la ‘ciudad de 15 minutos’, no queremos seguir aceptando esta situación».
Por el contrario, Moreno cree que la «ciudad de 15 minutos» puede ayudar a la cohesión social en las ciudades.
«La ‘ciudad de 15 minutos’ reducirá la desigualdad porque queremos que el territorio sea policéntrico. Queremos mejorar la calidad de vida en los barrios desfavorecidos mediante la implantación de espacios de co-working, la creación de zonas verdes con parques, la instalación de empresas, actividades culturales, deportivas y carriles bici de calidad».
Una ciudad policéntrica, según Moreno, es aquella en la que cada persona puede ir a donde quiera pero no necesita desplazarse una hora para satisfacer una necesidad como puede hacer actualmente.
«Los que viven en el centro tienen esta opción, pero los que viven en el extrarradio no», añade Moreno. «Así que, al tener un territorio policéntrico, podemos regenerar la cohesión urbana con múltiples servicios y eventualmente reduciremos esta segregación».
Fuente: Euronews