DESARROLLO SOSTENIBLE
21 de julio 2017, Internacional
Este sistema emplea unos cincuenta parámetros diferentes para “valorar cómo afectará cada uno de los elementos de un proyecto en la salud de sus usuarios y también en la del planeta, aunque no siempre coinciden ambos enfoques”, ha explicado a Efeverde Patricio Martínez, director general de PMMT Forward Thinking Healthcare Architecture y socio fundador junto con Maximià Torruella.
Una carretera que equivale a un bosque
Así, hay materiales como las maderas del Amazonas que “son muy buenas para la salud humana pero no para la del planeta, debido a las condiciones de explotación y transporte de las mismas”.
Martínez ha precisado que “existen dos tipos de materiales sanos: los originales de la tierra como piedra o madera y los compuestos gracias a la química como las pinturas fotocatalíticas”.
Este tipo de pinturas de nueva generación no sólo cumplen sus funciones decorativa y de recubrimiento sino que reaccionan con la radiación solar “de manera similar a la fotosíntesis que ocurre en las plantas”, con lo que se convierten en purificadores de aire además de eliminar bacterias, microorganismos, olores o humos entre otros elementos perjudiciales.
También existen cerámicas para suelos e incluso asfaltos con estas propiedades que son capaces de transmutar CO2 en oxígeno gracias a la interacción solar de manera que “construimos una carretera de acceso alrededor de un hospital y, aunque la gente no ve árboles, su efecto es como si el edificio estuviera rodeado por un bosque”, ha indicado Martínez.
Divulgar conocimiento
PMMT ha anunciado su intención de divulgar su conocimiento sobre ‘Friendly materials’ cuyo responsable es la arquitecta portuguesa Rita Barata a través de “una web específica que estará disponible casi seguro para principios de 2018” que clasificará los productos más saludables con independencia de su precio o su diseño pues “queremos introducir una nueva incógnita en la ecuación de la elección de materiales”.
Este método examina también los entornos más beneficiosos evitando, por ejemplo, el efecto de influencias electromagnéticas, ya sean naturales -como las aguas subterráneas- o artificiales -como el wifi-.
“Sólo trabajamos con aspectos que podamos objetivar”, ha añadido, y por ello “hay otros relacionados pero que no consideramos porque no tenemos datos concretos para avalar su eficacia” como sucede con el Feng Shui, una tradición oriental “que probablemente funcione, puesto que es empírica y milenaria, pero cuya base científica está por determinar”.
La mayor parte de la obra de este despacho de arquitectura y diseño se desarrolla en proyectos sanitarios, bien nacionales como el centro de salud de Oviedo o el de Son Servera en Mallorca, bien internacionales como el hospital Puyo de Ecuador o el Sinse de Angola, entre otros.
Accesibilidad para todos
Por ello, su equipo de innovación ha desarrollado también “el primer manual de accesibilidad universal, mucho más exigente que la normativa española en esta materia” llamado ‘Clear Code’ y orientado a mejorar las condiciones de los usuarios con discapacidad.
“Al reflexionar sobre minusvalías tendemos a pensar en las personas en sillas de ruedas, pero eso no es más del 3 % de la población”, ha precisado Martínez, “y según la Organización Mundial de la Salud, el tema de la accesibilidad afecta ahora mismo al 40 % de la población mundial en mayor o menor grado: ciegos, sordos, daltónicos, obesos…, puntualmente nos tocará a todos”.
Además, mejorar “sensiblemente” esta cuestión “no es un problema de dinero, sino de conocimiento” y pone como ejemplo el hecho de emplear una tipografía antidislexia o un buen contraste de color para reducir las dificultades de personas con problemas de visión.
‘Friendly materials’ y ‘Clear code’ son algunos de los programas de innovación e investigación “cada uno de los cuales nos ha costado entre tres y cuatro de años de trabajo” desarrollados por este despacho de arquitectura, que dedica el 30 % de su plantilla exclusivamente a esta tarea.
“Siempre decimos que nos interesa el discurso del botijo, una pieza bellísima y muy práctica gracias a su impecable diseño, y no el del jarrón Ming, que sólo sirve para exposición”, resume Martínez.
Fuente: Efeverde Publicado por: Pedro Pablo G. May 20 Julio, 2017 Madrid